7 verduras que puedes cultivar en maceta

Cultivar en maceta es mucho más sencillo de lo que crees y parece. Aquí verás como cultivar lechuga, acelga o jitomate fácilmente. Sólo necesita una maceta y un par de minutos al día

No necesitas de un enorme jardín o un huerto para cultivar tus propias verduras orgánicas y tener jitomate, calabaza o lechugas frescas la mayor parte del año.

Aunque muchas frutas y verduras requieren de grandes cantidades de tierra y agua para crecer, existen algunas que no necesitan un espacio muy amplio ni una dedicación de tiempo completo para cultivarse exitosamente.

Descubre cómo iniciar tus cultivos de algunas de las verduras más utilizadas en la cocina a través de macetas, todo desde tu hogar:

Cultivar en maceta: Calabaza

Uno de los vegetales más sencillos para cultivar en casa es la calabaza verde, también conocida como calabacín. Sólo necesitas una maceta amplia (de al menos 25 centímetros de profundidad) para no limitar su crecimiento.

cultivar calabaza en maceta

Coloca un par de semillas de calabacín entre 2 y 3 centímetros debajo de la tierra. Pronto verás salir la planta, que deberás mantener en un sitio donde reciba la mayor cantidad de luz directa durante el día y regar a diario con baja intensidad.

Cultivar en maceta: Jitomate

El jitomate es perfecto para empezar a adquirir experiencia si nunca has cultivado alguna verdura en casa. Si bien puedes obtener semillas del corazón de cualquier jitomate, lo mejor es estar seguro de la variedad que cultivarás para seguir sus necesidades específicas y sobre todo, asegurarte de que la planta será productiva y ocupará un menor tamaño.

Siembra dos semillas de jitomate a 2 centímetros de profunidad y rocía todos los días con un aspersor. Además de contar con una maceta grande (más de 40 centímetros de profundidad) debes asegurarte que la planta recibe al menos 5 horas de sol diario. En un par de semanas deberás incluir un palito de madera como guía para orientar su crecimiento.

Cultivar en maceta: Tomate

Para cultivar el tomate verde, necesitarás una maceta lo suficientemente amplia y seguir cuidados similares a los del jitomate. Siembra un par de semillas a 2 centímetros de profundidad y rega diario con un aspersor hasta que empiece a brotar la planta, aproximadamente a las tres semanas de la siembra.

Una vez que las ramas comiencen a crecer, deberás podar para estimular su crecimiento y podrás hacer tu primera cosecha a los cuatro meses de la siembra.

Lechuga

Cultivar tus propias lechugas te dará el ingrediente esencial para preparar ensaladas frescas arrancando un par de hojas a la vez, todo sin la necesidad de cosechar tu lechuga o removerla de su su siembra.

Esta planta requiere una humedad constante, pero con moderación para no pudrir las raíces. Empieza plantando un par de semillas (si tienes pellets, hazlo en ellas y trasplanta a la maceta final cuando la planta tenga unas 6 hojas). La lechuga no requiere de tanta luz como las demás plantas y se da bien en climas fríos.

Espinacas

Otra planta ideal para iniciarte en el cultivo orgánico en casa es la espinaca. Gracias a que no requiere demasiada luz solar directa, puedes crecer esta planta en una terraza sin necesidad de un jardín o huerto.

Coloca tres semillas en el centro de una maceta o utiliza pellets para plantarla aproximadamente a 3 centímetros de profundidad. Lo mejor es hacer este procedimiento cuando el clima es templado y regar con atomizador todos los días hasta el crecimiento de la planta. Evita el exceso de agua y en tres meses tendrás tus primeras hojas de espinaca listas para comer.

Zanahoria

La zanahoria es la verdura que necesita de más espacio de toda la lista. Para cultivarla, requieres de sembrar algunos ejemplares de sus diminutas semillas y cubrirlos con menos de un centímetro de tierra, especialmente en el otoño, pues se da bien en climas más fríos.

Aproximadamente a las tres semanas, las plantas comenzarán a brotar y después de cuatro meses estarán listas para ser cultivadas cuando la raíz naranja comience a sobresalir de la tierra.

Acelgas

Para cultivar acelgas necesitas una maceta de al menos 30 centímetros de profundidad y si es larga, podrás tener un par de plantas. Para la siembra, elige el momento más cálido del año y coloca un par de semillas a 2 centímetros de profundidad, procurando el riego diario hasta que la planta comience a crecer.

La acelga madura rápidamente y si lo haces correctamente, en solo dos meses podrás cortar las primeras hojas sin arrancar la planta. Protégela del sol directo durante las horas más calurosas y tendrás una fuente constante de fibra orgánica en tu maceta.

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