La neuroeducación puede ser definida como la especialidad que integra educación, neurociencia y psicología con el objetivo de implementar estrategias educativas que permitan optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes.
Las investigaciones de la Neurociencia han cobrado cada vez más interés en el mundo docente, dado que esta disciplina permite saber cómo aprende, recuerda y olvida el cerebro, aspectos que son importantes en el proceso de enseñanza- aprendizaje, según expertos en la materia.
¿Qué es la neurociencia?
La Neurociencia investiga el funcionamiento del sistema nervioso y en especial del cerebro, con el fin de acercarse a la comprensión de los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y su comportamiento.
Las investigaciones en esta área han revelado, por ejemplo, que la curiosidad y la emoción juegan un papel relevante en la adquisición de nuevos conocimientos.
Neuroeducación en el área educativa
La Neurociencia educativa permite facilitar que los docentes o instructores a entender cómo aprenden sus alumnos y alumnas, así saber de manera concreta y profunda la relación que existe entre sus emociones y pensamientos para poder así ejecutar la enseñanza de forma eficaz.
También aporta conocimientos acerca de las bases neurales del aprendizaje, de la memoria, de las emociones y de muchas otras funciones cerebrales que son, día a día, estimuladas y fortalecidas en el aula.
- El cerebro tiene una capacidad de adaptación durante toda nuestra vida, conocida como plasticidad cerebral, responsable de que este órgano se remodele y se adapte continuamente a partir de las experiencias que vivimos.
- Aprendemos más y mejor en interacción y cooperación social porque el cerebro está diseñado para vivir y convivir en sociedad.
- Un nivel alto de estrés provoca un impacto negativo en el aprendizaje.
- Las emociones y el estado de ánimo afectan de manera positiva o negativa al cerebro y sus funciones.
- Las experiencias directas y multisensoriales propician que las personas aprendan mejor.
- Los ejercicios y el movimiento están conectados con el aprendizaje.
- La música y el arte transforman el cerebro y favorecen una experiencia más efectiva de aprendizaje.
- La capacidad del cerebro para guardar información es ilimitada y maleable.
- Factores como la alimentación, la calidad del sueño, el entorno socioeconómico y cultural, las lesiones cerebrales, la genética y los aprendizajes previos consolidados, ejercen influencia en el cerebro, y por ende, la manera en la que aprende.
- El estrés, la tristeza, la soledad o una mala condición física pueden perjudicar el buen funcionamiento de la corteza prefrontal del cerebro, responsable de las llamadas funciones ejecutivas (control inhibitorio, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva), que son fundamentales para el desarrollo académico y personal del alumnado.
¿Por qué es tan interesante la neuroeducación?
La gran mayoría de los métodos didácticos se basan en la comunicación entre maestro y alumno en las diferentes facetas de la relación entre ellos o en la jornada del estudiante a través de su propio aprendizaje. Sin embargo, corrientes didácticas más recientes se centran en la relación entre el funcionamiento cerebral y su intersección con el acto de aprender.
El Instituto Superior de Estudios Psicológicos define la neuroeducación como una disciplina que promueve la integración entre las ciencias de la educación, la neurología, psicología y ciencia cognitiva para producir mejores métodos de enseñanza y programas didácticos.
La pregunta principal que la neuroeducación se plantea es, ¿cómo aprende el cerebro? Para entender esto necesitamos abordar algunos conceptos básicos.
Plasticidad cerebral: músculo del saber
La palabra plasticidad se refiere a la propiedad que tiene un material de ser moldeado o trabajado para cambiarlo de forma. De la misma manera, la plasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida, como reacción a la diversidad del entorno en el que vive una persona.
Representa la facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse en caso de lesión o enfermedad, como lo haría cualquier músculo de nuestro cuerpo. También permite adaptarse y funcionar con la adopción de conocimientos nuevos, entendimientos, conductas y patrones.
Esto último es crucial para el proceso didáctico. Cada vez que un aprendizaje nuevo se asienta en la mente de una persona, este deja una huella, creando nuevas conexiones y sumando al todo de la red neuronal de un individuo.
La neuroeducación examina los rastros que los procesos educativos dejan en nuestro cerebro y busca visualizar las relaciones entre estos datos y el modo como nos comportamos. Su aproximación al estudio del aprendizaje es primordialmente científica.
Emoción, atención y neurodivergencia
Los anteriores aspectos suenan más como el tipo de investigación que se realizaría en un laboratorio, ¿cómo traducimos este enfoque al salón de clases? ¿Qué criterios sirven para aprovechar lo que conocemos acerca del funcionamiento de las redes neuronales y cómo se comunican?
La emoción es uno de los criterios más importantes. De acuerdo a la neuroeducación, ningún entendimiento se da sobre vacío. Las experiencias y emociones propias de la persona que está aprendiendo le dan contexto y significado a lo que asimila.
La capacidad de atención y el tiempo en el que un estudiante puede ejercerla en su máxima capacidad también es muy importante.
No hay una sola forma de aprender
Bajo el esquema propuesto por la neuroeducación, no hay solo una forma de aprender, hay muchas. Todas están relacionadas a cómo funciona el cerebro del estudiante, cómo traza caminos cognitivos y qué factores afectan o favorecen este proceso.
Aquí entramos a otro pilar: La neurodiversidad. Esta consiste en la intención de visualizar y promocionar la inclusión de personas neurodivergentes. Proviene de la idea de que la educación es un bien común, un derecho básico, al cual todos deben tener acceso, independientemente de la forma en que su cerebro les permita aproximarse al aprendizaje.
Ya que tienes cierta idea de lo que es la neuroeducación, ¿Crees que en algún momento la has aplicado en clases? ¿Has estado en alguna clase donde el docente haga uso de este enfoque? ¿Qué piensas sobre la influencia de las conexiones neuronales y las emociones sobre la forma en que aprendemos? Son unas de las preguntas más interesantes para reflexionar.