Dejar de procrastinar es una tarea bastante difícil, especialmente cuando tenemos ese hábito arraigado. El hecho es que nadie se salva de, al menos un par de veces, dejar para mañana lo que realmente podemos hacer.

Sin embargo, existen consejos y guías que podemos seguir con la finalidad de ponernos como meta motivarnos a ser más proactivos y rendir muchísimo más en el ámbito laboral y personal.

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Cómo dejar de Procrastinar

Se entiende como procrastinar el mal hábito de dejar las tareas pendientes para más tarde. Esto como resultado, hace que nos acumulemos de más trabajo del que podemos manejar, aumentando así nuestros niveles de estrés, ansiedad, preocupación, lo que a la larga afecta negativamente nuestra salud.

Si eres de los que procrastina, no te preocupes, hay una serie de consejos que hemos preparado para ti con la finalidad de que puedas vencer este hábito, y conseguir una vida más activa.

8 Reglas para dejar de procrastinar ]🥇

Conecta el trabajo con los objetivos

La mejor manera de dejar de procrastinar es entendiendo con claridad cómo contribuyes con tu trabajo a los objetivos del equipo o de la empresa. Cuando tienes este nivel de claridad, el trabajo cobra sentido. En vez de trabajar por trabajar, contribuyes a una visión más amplia. 

Lo ideal es que la visión sea algo que te apasione. Pero, aunque no lo sea, simplemente entender cómo se conecta tu trabajo con algo más amplio servirá para que todo tenga más sentido. En vez de tener que combatir la incompatibilidad temporal, ahora el trabajo con el que normalmente procrastinarías, adquiere un valor claro.

Aclara las prioridades

Tener las prioridades claras son un excelente método anti procrastinación porque ayudan a ver qué trabajo es más importante. Así estarás seguro que no trabajas en tareas que no son relevantes. En vez de sentir que pierdes el tiempo en el trabajo, te sentirás productivo.

Algo que puedes hacer es anotar todo lo que debes hacer, y luego ir marcando las labores que necesitas terminar primero por compromiso y las que te traeran mejores beneficios.

Usa los objetivos para combatir el perfeccionismo

A veces, los procrastinadores crónicos en realidad son perfeccionistas. En tal caso, la presión de que los trabajos sean perfectos puede resultar abrumador y llevar a la procrastinación.

Pero el perfeccionismo, como muchos otros tipos de procrastinación en el trabajo, se puede solucionar teniendo la mente clara y realistas.

Céntrate en el impacto

Si el perfeccionismo es un problema, puede resultar muy útil tener una idea clara del impacto que tiene tu trabajo. En vez de pretender perfección, céntrate en finalizar las tareas que tienes a mano para apoyar los objetivos de la empresa de la mejor manera posible. A continuación, te mostramos a qué nos referimos:

Imagina que trabajas para producir una animación educativa para la página de inicio de tu sitio web. Muchas personas verán ese trabajo, lo que hace que el perfeccionista que hay en ti entre en pánico. Es el motivo por el que te centras en el resultado y piensas en todos los que verán el video, en vez de enfocarte en los objetivos y el impacto del video.

El objetivo de la animación es comunicar los beneficios de los productos de la empresa a personas que no están familiarizadas con esos productos y el impacto es educativo. Si reorientas las prioridades en torno al impacto, disminuirá la presión sobre el perfeccionismo y te pondrás directamente a trabajar.

Define lo que significa “listo”

Otra buena estrategia para combatir el perfeccionismo es definir bien lo que significa “listo”.

Es una técnica que se aplica en equipos Scrum para avanzar rápido. Al definir y adherir a lo que realmente significa “listo” tienes un punto en el cual puedes dejar de trabajar, independientemente de si el trabajo es 100 % perfecto o no. Piensa que muchas veces “listo” es mejor que “perfecto”.

Divide los trabajos grandes en pequeñas tareas

Hay momentos en los que ver una pila acumulada de trabajos nos hace sentir derrotados mucho antes de comenzar. Para estos casos, lo mejor que podemos hacer es dividir las actividades que vamos a realizar en pequeñas tareas que nos ayuden a agilizar la forma en la que trabajamos.

7 consejos para dejar de procrastinar en el trabajo • Asana

La intención es que podamos ir trabajando de forma práctica, aumentar nuestra productividad y, por ende, tener mejores resultados.

Captura todo lo que hay que hacer

Aunque no trabajes con iniciativas complejas será muy útil tener una lista de todos los trabajos pendientes. Cuando no se tiene una manera clara de ver qué trabajo queda por hacer, es fácil sentirse abrumado y perder el control. Nos pasa a todos.

Según nuestra investigación, todas las semanas hay un 26 % de entregas que no llegan a cumplirse. Capturar todas las tareas pendientes es una táctica del método “Getting Things Done” (GTD). Una vez que entiendes con claridad qué trabajo queda pendiente, resulta más fácil organizarlo, establecer las prioridades y ponerse a trabajar. Asegúrate de dar seguimiento al trabajo con una aplicación con lista de pendientes, no con una lista de verificación escrita.

Si bien puede resultar gratificante tachar cosas de una lista, el seguimiento del trabajo en una aplicación es útil para priorizar y ordenar el trabajo, para agregar contexto importante a las tareas pendientes y para compartirlas con otros miembros del equipo. 

Establece fechas de entrega

Si no sabes bien cuándo hay que entregar los trabajos, será difícil resistir a la tentación de postergarlos.

Las fechas de entrega claras hacen que sea más fácil entender exactamente para cuándo deben finalizarse las tareas. En función de esta información, puedes organizarte para garantizar que los trabajos se finalicen a tiempo. Después de todo, no puedes trabajar bien si no sabes primero cuándo debes entregarlo.

Una vez que hayas capturado todas las tareas pendientes en una herramienta para tal fin, confirma que cada elemento tenga una fecha de entrega. También es una buena oportunidad para que identifiques el trabajo que no es prioritario. Si te encuentras con alguna tarea de este estilo, difiere el trabajo hasta que tengas más tiempo disponible o delégalo a alguien más.

No lo hagas una sola vez. Organiza rápido el trabajo al final del día y define las fechas de entrega de las tareas nuevas.

De este modo, cuando te pongas a trabajar al día siguiente, estarás mejor preparado para finalizar las tareas. Si pones en práctica estos consejos, poco a poco lograrás dejar de procastinar.

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